martes, 13 de enero de 2015

LA COCINA CATALANA / LA CUINA CATALANA (Folletín para estoicos e impacientes)

Fotografía: Janet Xirgu, "Cuchara, tenedor y cuchillo para muñeca"
Dicen en el barrio que las cacerolas de diferente tamaño (bajas, medias y altas), las cacerolas para horno, los cazos, potes, ollas, sartenes y otros utensilios protagonistas de la cocina, están abollados y ya no suenan como antes en las caceroladas de la consulta o consultas catalanas. 
Mientras tanto, los líderes políticos siguen yendo a cursos de empanadas y empanadillas, mentales o de sobrasada, de atún o verdura con salsa blanca, de carne suave, carne picante o carne criolla, de pollo al verdeo o pollo al Champignon, de queso y cebolla o de jamón dulce y queso, de tomate, queso y albahaca o de jamón York y queso Roquefort, entre otras empanadas de aquí, de allá y más allá, sin olvidar los pimientos, los piñones, las pasas y espinacas, en masa redonda, rectangular, en semicírculo u ovalada.

Y en cuyos talleres disponen además de cacerolas y cazos de cualquier tamaño para cocinas de inducción, vitrocerámica, gas ciudad, eléctricas y halógenas, de las marcas más prestigiosas, que tienen los mejores revestimientos anti-adherentes que garantizan durabilidad, limpieza fácil, cocina sana y evitan que los alimentos se peguen. Sin olvidar las cazuelas de barro, para los más tradicionales, que son una pieza clave para determinadas recetas que no deben faltar en ningún hogar o casa.
Pero ellos, los cocineros del futuro, pese a su vocación de chef internacional, siguen sin enterarse y sin saber cocinar los platos del presente, ni los menús más vanguardistas ni las recetas populares de la abuela. 



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