lunes, 6 de mayo de 2013

LA PREGUNTA DEL AGUAFIESTAS EN EL PAÍS DE LOS POETAS

Henry Bacon, El joven artista
Dicen que en aquel lugar todos eran poetas, hombres y mujeres, y viajaban siempre, asistían a todos los festivales poéticos, iban a todas las fiestas, bebían, comían, reían y bailaban con la dama o el caballero más idóneo para un futuro próspero, ganaban concursos, participaban en todas las lecturas, seducían y olvidaban, engañaban a una y estafaban a otro, al final se casaban, iban al teatro, a restaurantes modernos y lecturas y se afanaban en volver a engañar a otra u otro. Pero como ellos se lo guisaban y se lo comían, la paz no quedaba alterada en aquel lugar.
Después, con la edad, iban a menos fiestas y lecturas, el encanto iba menguando y seducían menos, cortaban los árboles de la pequeña finca para hacer un garage y firmaban los manifiestos que escribían los hijos sobre la naturaleza y la política, y hacían la guerra al vecino que molestaba con sus árboles invadiendo el jardín. 
Pero los políticos del lugar bajaban corriendo a calmar los ánimos desatados y a subvencionar la amistad entre los árboles de los poetas contrincantes, y les animaban a escribir nuevos cantos a la vida emprendedora y les reían las gracias poéticas, estupendas, aunque inferiores a las suyas, decían los políticos, que también eran  poetas...
Y así, año tras año, transcurría la vida y todos eran cada vez más felices, hasta que un día alguien, el aguafiestas del lugar, el único que no escribía poesía, preguntó: 
"Pero, ¿cuándo escriben los poetas y dónde están los poemas?" 

2 comentarios:

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Eva Soc Aixi: cuando el hambre se los comía
Hace 17 horas · Me gusta

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Fernández Darío: Ah los poetas, ocupados en coger la flor del día. No se percataron que les habían hipotecado el jardín de los sueños.
Al final lo subastaron, y un constuctor hizo sueños en cemento que llamó viviendas. Con la complicidad de un banco les puso un precio exorbitante, y la gente adormecida aun por los efectos del jardín de los sueños, los compró. Pero los sueños de cemento duran menos que los poemas y menos que las hipotecas. Estas tienen algo de poesía épica. Los sueños tienen algo de flor extraña y casi nunca germinan.
El lunes a la(s) 17:05 · Ya no me gusta · 2