domingo, 8 de enero de 2012

DESPUÉS DE NAVIDADES, LAS REBAJAS













La locura de las rebajas atraviesa las calles, recorre aceras, choca contra los cristales de los escaparates y desemboca en tumulto dentro de las tiendas, manos aquí y allá manoseando toda clase de prendas y objetos rebajados, abandone el árbol navideño de ayer y compre hoy menos caro, porque hoy todo vale menos, ¿no lo sabía?, la vida tan cara vale menos que ayer, y uno que pregunta ¿la cuesta de enero o la pendiente de cada mes?, no lo dude y compre más barato, por unos días se abaratan las cosas y la vida, y otro que pregunta ¿también hay rebajas en pompas fúnebres?, no me sea Hamlet ahora, no dude tanto y desnúdese y compre lo que necesita y lo que no necesita, pero invierta, compre y viva más barato, y, si tenía previsto morirse hoy, espere a mañana, después de las rebajas, que hacen la vida más apetecible y barata, no lo dude más y muérase después de las rebajas, cuyos precios no tienen igual.












El suplent del cronista

1 comentario:

comentarios en Facebook dijo...

Albert Tugues: Este fotograma pertenece a un video de "20minutosTV" sobre "la fiesta de las rebajas" en la ciudad de San Sebastián. En Madrid y en otras ciudades españolas se celebraron fiestas parecidas. Grotesco, pero una buena publicidad.

Mery Sananes: En realidad, cualquier cosa menos vivir. Y en ese proceso en el cual somos llevados como bueyes a empujar una carreta que no nos pertenece, somos dóciles y obedientes a todos los trapos rojos o no, que nos indican en qué dirección ir o estar. Somos críticos y a la vez tan mansos. Como si no supiéramos de antemano que la mercancía dispuesta para nuestros afanes, es todo lo que no se pudo vender, las sobras, amontonadas en pilas gigantescas, para hacernos creer que alcanzamos las más grandes de las rebajas. Se nos olvida que no hay gangas dispuestas para nosotros, y que todo está preparado para pagar con creces en los días y meses venideros, cualquier merma que haya habido en el capital de quienes nos llevan de madrugada a esperar que se abran las puertas del almacén para, a empujones, ver quién atesora más descuentos.

Florencia Gordillo: La publicidad dice todo: una voracidad y vorágine humana quizás por conseguir algo, un trapo, que es prescindible, pero todos lo buscan.
Hace 18 horas · Me gustaYa no me gusta.Liliana Guzman la publicidad es como un cartel de canibales.... nos devora por donde quiera que "vallas"?....