martes, 16 de diciembre de 2008

EL REGRESO DEL FILÓSOFO

Gustav Klimt, Huerto con pollos

















Para amenizar el baile con algo más que música, que dirían en el Siglo de las Luces


Algunos de los resultados más agradables se han obtenido ejerciendo la sabiduría y el ingenio sobre temas de poca importancia. Parece haber sido, en todas las épocas, orgullo del espíritu el demostrar cómo puede exaltar lo bajo y agrandar lo pequeño. No hablar de manera inadecuada de las cosas real y verdaderamente grandes, es no sólo tarea difícil sino desagradable; porque el autor se degrada a sus propios ojos al compararse con su tema, al que no puede esperar añadir nada de su imaginación: pero es un triunfo perpetuo de la fantasía expandir un asunto escaso, sacar ideas brillantes de propiedades obscuras y producir para el mundo un motivo de asombro al que la naturaleza contribuyó poco. A esta ambición, quizá, debamos las ranas de Homero, el mosquito y las abejas de Virgilio, la mariposa de Spencer, la sombra de Wouwero y el losange de Browne.*

Samuel Johnson, La vida de sir Thomas Browne
(Ed. Siruela, Madrid, 1994)



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Nota del Filósofo Autodidacta: losange (figura de rombo) de Browne. Aquí Samuel Johnson hace referencia a la obra de Thomas Browne titulada: "El Jardín de Ciro o el losange quincuncial o la plantación en red de los antiguos, artificiosamente, naturalmente,místicamente considerada", y en la cual trata de la práctica de la horticultura desde el bíblico Huerto Sagrado hasta los tiempos de Ciro el Persa: época en que se plantó por vez primera una planta en cada uno de los cuatro extremos de un rombo y una quinta en el centro. Manera de plantar que Browne, sin embargo, considera muy anterior y que ya fue "practicada por los sembradores de hortalizas antes del Diluvio" (S. Johnson).

El Filósofo Autodidacta, también llamado "el pedante de la taberna"





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